No queda mucho para que se acabe el año.
Haciendo un breve repaso mental, se me ocurren muchos momentos buenos, de esos que te sacan una sonrisa mientras vas paseando por la calle y la gente te mira pensando que te pasa algo por reírte solo...
Momentos de esos que cuando te pasan no te ríes pero cuando se lo cuentas a los demás no paras.
Como esa vez que me quedé encerrada en el cuarto de baño del tren Madrid-Plasencia y tuve que pedir auxilio para que me rescataran... ni móvil llevaba encima.
Pero si tuviera que elegir "el momento", de esos intemporales, es el de este verano:
Verano 2o10. Yo. Buscando piso. Hacía un calor de esos que ves a los lagartos con cantimplora.
Una vez en el piso, y con aire acondicionado de los de abro la ventana y entra más calor, visita por todas las habitaciones.
La visita concluye en la cocina.
Los propietarios, un señor y una señora, se transforman mentalmente en miembros de la Inquisición e intentan sacarme toda la información posible acerca de dónde proviene mi fuente de financiación.
Les comento que yo estoy terminando la carrera pero que mi compañero ya es politólogo:
Señor: ¿Politólogo? ¿Pero esos no son los que hablan varios idiomas?
Silencio incómodo.
Yo: ¬¬
Señora: Yo creo que esos son políglotas...
Otro silencio incómodo.
Yo: ¬¬ Pues sí que está sucio el piso sí... ¬¬
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