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viernes, 25 de noviembre de 2011

El efecto bonsái

25 de noviembre de 2011
Día Internacional contra la Violencia de Género.

Un bonsái no es un árbol que no crezca, sino un árbol al que se le impide crecer, al que se le van cortando ramas y raíces para que no se desarrolle. Es lo que hace el maltratador. Cuando su pareja intenta crecer como persona, él se encarga de podar eso, pero al mismo tiempo da las justas dosis de cariño para que no muera. La propia mujer se nota impotente, pero como recibe lo que necesita para seguir viviendo, crea una relación de dependencia. Depende de la misma persona que la anula. Y llega a creer que sin él no va a poder vivir. Para poder desarrollarse, para poder crecer, necesita un proceso de adaptación. Como el bonsái; si lo sacamos de su mínima maceta y lo plantamos en el jardín, se muere, porque ni siquiera tiene raíces para profundizar buscando agua en el suelo.

Delegado del Gobierno para la Violencia de Género.


Algún día, la gente estigmatizará a ellos en lugar de que sean ellas las que tengan que huir.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Pa musaka la de mi cuñao

En su punto.
Canal Extremadura


Me encanta este programa. Aquí os dejo una estupenda receta, fácil y sencilla. ¡Hasta yo sé hacerla!


La receta de hoy es "Pa musaka la de mi cuñao".


Creo que incluso me animaré a publicar recetas para la gente que en la cocina es tan pésima como yo =S

sábado, 19 de noviembre de 2011

El origen

- Sara, si nos alcanzan los knuckers, yo no corro. Me tiro en el suelo, me abro de patas y tú sales corriendo a pedir ayuda.
- ¡Pero Raquel...
- ¡Yo me sacrifico por las dos!

Athlone 2003. En un país donde no conocíamos absolutamente a nadie. Donde no conocíamos las costumbres y donde apenas hablábamos su idioma.

¿Te ha pasado alguna vez que una persona o un viaje ha cambiado tu vida? ¿Para siempre? ¿Que llega, te toca el corazón y te sincronizas en una misma onda de expansión?

Las clases eran un coñazo. Yo no aprendí nada. Y aborrecí las hamburguesas. Hasta muchos años después no he vuelto a pisar ni MacDonald's ni Burger King. Ni siquiera para un Macflurry.

Creo que nunca he llorado tanto. Una tristeza que hasta se me acabaron las lágrimas. O eso, o la tristeza acabó por comprender que es más la alegría de lo que te llevas del camino, de la gente que has conocido. De que vas a volver.

- Raquel, algo pasa...¡mis llaves no entran en mi casa!
- ¿En serio? Yo aún no he llegado a la mía.
- ¿Qué hago? ¡No hay nadie dentro!
- Vente para mi casa y te quedas aquí.
- ¡Ok! 
...
- ¡¡Sara!! ¡Mis llaves tampoco entran! Aaaarrrrgggghhhh...
- ¿Quedamos a mitad de camino para intercambiarnos las llaves?


Súmale crepes, playas, sol y paraguas, paseos, cuevas, Lila...
Algunos años más tarde...

Mogán (Gran Canaria)

martes, 15 de noviembre de 2011

- ¡¡¡NO ME GRITEES!!! - NO TE ESTOY GRITANDOOOOO

¿Por qué la gente se grita?


Un sabio preguntó:
- ¿Por qué la gente se grita cuando está enfadada?

Los hombres pensaron unos momentos: 
- Porque perdemos la calma -dijo uno- por eso gritamos. 
- Pero, ¿por qué gritar cuando la otra persona está a tu lado? -preguntó el sabio-. ¿No es posible hablarle en voz baja? ¿Por qué gritas a una persona cuando estás enfadado? 

Los hombres dieron algunas otras respuestas pero ninguna de ellas satisfacía al sabio. Finalmente, él explicó: 
- Cuando dos personas están enfadadas, sus corazones se alejan mucho. Para cubrir esa distancia deben gritar, para poder escucharse. Mientras más enfadados estén, más fuerte tendrán que gritar para escucharse uno a otro a través de esa gran distancia.


Luego el sabio preguntó: 
- ¿Qué sucede cuando dos personas se enamoran? Ellos no se gritan, sino que se hablan suavemente, ¿por qué? Sus corazones están muy cerca. La distancia entre ellos es muy pequeña.


El sabio continuó: 
- Cuando se enamoran más aún, ¿qué sucede? No hablan, sólo susurran y se vuelven aún más cerca en su amor. Finalmente no necesitan siquiera susurrar, sólo se miran y eso es todo. Así es cuan cerca están dos personas cuando se aman.


Luego el sabio dijo: - Cuando discutan no dejen que sus corazones se alejen, no digan palabras que los distancíen más, llegará un día en que la distancia sea tanta que no encontrarán más el camino de regreso.

martes, 8 de noviembre de 2011

#laqueseestaliandoenpucela

Si es que cada vez que voy a Valladolid, traigo algún invento nuevo. Muy grande.
Da igual si es en el Marimoli o en el 1C de López Gómez.

Hace un par de años, Carol y yo nos dirigíamos allí cuando perdimos el tren en Chamartín al estilo Hollywood: las dos corriendo por el andén, con la maleta en volandas y gritando un "NOOOOOOOOOOOOO!!!!!" que se ahogaba con el arranque del tren. Pero dormimos muy bien en la pensión de mala muerte. A eso le sumamos que nos dijeron que teníamos acento de sureñas. Sureñas o de Santander. No lo tenían muy claro.

Aún recuerdo el día que Felipe subía en el ascensor del Marimoli junto con dos habitantes más del colegio, las cuales le preguntaron muy educadamente que a qué piso iba. Al 3 (jijiji). A los 10 minutos, llamaron por teléfono a mi hermana sus vecinas de habitación, porque estaban casi seguras de que habían subido en el ascensor con su padre, porque había dicho "tréh" y no tres. A ver... que no hablamos mal... ¡sino diferente! Desde entonces, Felipe es el señor del 3.

Puede que a ellos les caigamos en gracia por nuestro acento... pero nosotros nos partimos de risa cuando nos enteramos de que allí no tienen sábanas de pelito (o de osito). ¡Ni tampoco brasero! Y claro, de la mesa camilla ni hablamos. No, Lara. Una mesa camilla no se parece en nada a algo que haya en un hospital.

Y cada vez que voy, ya me pierdo menos. Y ya hasta puedo recomendar qué visitar: la Plaza Coca, Plaza Mayor (al parecer de estilo Renacentista y plagiada por Salamanca y por Madrid, pero no lo he comprobado), la Plaza de España, un intento de catedral (un proyecto que pretendía ser la mayor de Europa pero que raptaron a Juan de Herrera para el Escorial y ahí se quedó), la Antigua, el Paseo Zorrilla, el Convento de las Francesas (ahora un centro comercial), la Plaza del Milenio, Fuente Dorada y todo el santoral (San Benito, San Miguel...), Cantarrana, zsa zsa zsu (eeeeeh...no jejej esto es Shasha y Su), Sotabanco, Bagur, Julepe, Mambo, Maderal (que los jueves echan a cara y cruz si pagas o no), un Ikea gigantesco y... ¡las tiendas de galletas de chocolate!





Por cierto, lo de que hace mucho frío no es un mito. Lo de que allí apenas llueve, es un mito. Que yo cada vez que he ido, me he calado. Daba igual si iba en sandalias o en botas. Menos mal que los lugareños son muy amables. Allí fue donde yo aprendí que si alguna vez me perdía, el método infalible para encontrar el sitio que buscas es preguntar a los barrenderos. Prometo que funciona.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

How closer?



How closer has to stay my face to your face so you kiss me?


How closer?